viernes, 20 de diciembre de 2013

El Siguiente Paso

Es curioso. Hay días en que uno teme el avance aún mayor de la mirada racionalista en extremo del mundo, que ha sobrepasado sus límites y parece estar destruyéndolo. Días en los que las declaraciones contundentes de los cientifistas del trono, de los sacerdotes de la bata blanca, parecen indicar que su reino avanzará hasta devorarlo todo (como ellos parecen querer, por cómo claman).

Otros días, en cambio, parece que se avanza en el sentido contrario.

Sea como sea, siempre es interesante ver cómo nos acercamos, de una manera más o menos académica, a las ideas expresadas hace muchas décadas por grandes pensadores, como Jean Gebser o Rudolf Steiner (y otros). Ideas en las que ya podríamos estar viviendo desde hace mucho si no nos obcecáramos en vivir en nuestra caseta de prejuicios, incluso apuntalándolos. Seguimos confirmando cada cosa que han apuntado los seres humanos de mirada más alta y espiritual, pero aún rechazamos todas aquéllas que no han pasado por la mirada del microscopio de la tosca ciencia establecida. Porque para investigar lo que no es materia, es una mirada tosca.

Allá cada cuál... Esta entrada sólo pretende una pequeñita reflexión, la de arriba, para presentar un artículo interesante que hoy me he encontrado.

A leer.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Poesía como Arte.

Precioso, cortito, pero hondo, muy hondo, el artículo de Natalia Carbajosa. Podría referirse solamente a la poesía como "disciplina literaria", pero cuando se entiende la poesía como arte, y el arte como algo más elevado, como método de captar y método de investigar, la mirada cambia.

"Lo que singulariza a estos autores, según mi criterio de lectora, es su capacidad para hacer del lenguaje, en primer lugar, lenguaje, y no otra cosa; para hacernos caer en la cuenta de que las palabras tienen peso, volumen, sonido. Y solo cuando esa delicada operación se ha realizado con éxito, esto es, cuando en lugar de invitarnos a pasar fugazmente por las palabras como si fueran transparentes, nos obligan a detenernos un rato largo sobre ellas, solo entonces detona el pensamiento que contienen con un vigor inesperado que se nos antoja nuevo y antiguo a la vez. Sostenemos entonces las palabras en el cuenco de las manos como quien acabara de descubrir un tesoro y lo mantiene así, tembloroso y precario, en medio de la nada." Natalia Carbajosa

Un botón de muestra:


"Yo, que no desconozco los grandes temas del siglo, y estoy atento a eso que llaman la coyuntura histórica, y acepto la gran patética de mi tiempo y quiero ayudar, en lo que me sea posible y aún bastante más, al hombre de estos días, tantas veces puesto en el filo de la navaja, no me dejo asustar por los profesionales de la angustia, y busco en la gran peripecia humana, tantas veces mágica aventura, tantas veces sueños espléndidos y mitos trágicos, la razón de continuar." Álvaro Cunqueiro (1911-1981). 

A disfrutar:

http://www.jotdown.es/2013/11/poesia-lenguaje-pensamiento-poetas-y-no-poetas/ 

martes, 12 de noviembre de 2013

Steven Wilson como banda sonora del otoño

Retomo este entorno del bosque desde el que plasmar algunas ideas. Esta vez la pausa ha tenido tintes totalmente prácticos, y cuando uno siente que hace lo que debe no se arrepiente de dejar de lado otras cosas.

El pasado viernes, 8 de noviembre, tuve el inmenso placer de asistir al concierto de Steven Wilson en el Hotel Auditorium de Madrid. Presentaba su último trabajo en solitario (que es quizá lo mejor que ha hecho en su carrera total). El concierto fue bordado y cuidado al detalle, y como tal resultó en todos los sentidos: luces, sonido, ejecución, emotividad, respuesta del público... perfecto en todos los sentidos. Literalmente.

Como suele suceder, ya se ha escrito bastante sobre el concierto, en tono más o menos ajustado; por ejemplo, en esta crítica, o en los comentarios a la misma, que de hecho la mejoran (maravillas de internet), y de los que he tomado prestada la imagen de esta entrada. La foto, por cierto, que de un modo artístico mejor transmite la sensación en que uno se sumergía durante todo el concierto; la misma sensación que uno recibe mirando la imagen es la que se vivía en la escucha en directo. Someramente diré que fueron casi tres horas (veinte minutos de vídeo proyectado previo, incluidos) de concierto, con unos músicos de primerísimo nivel y una coordinadión entre ellos maravillosa.

Ese tipo de conciertos que genera algunos debates:

- ¿Escuchar rock (progresivo, eso sí) sentado en una butaca de un auditorio?
- ¿Un concierto de rock medido al milímetro y con poco espacio a la improvisación musical? O ¿está bien que un concierto de rock sea perfecto, como hemos dicho arriba?
- ¿Es buena música aquella que presenta constantemente elementos de otros autores, en este caso los Padres Fundadores del Progresivo, reutilizados?

Personalmente, puedo entender las críticas desde la gente que ya tiene una idea preconcebida de lo que es y DEBE SER un concierto de rock, lo que DEBE SER un grupo bueno y original, etc. Pero yo me planteo la validez de esas críticas cuando el concierto, en su totalidad audiovisual se ajusta a la perfección a ser disfrutada desde una butaca. Y aquí incluyo el tipo de música y las emociones que transmite. Y lo mismo planteo cuando los temas de este grupo (de este proyecto en solitario) son Música, con mayúscula. No son clichés reutilizados, son Música que emplea elementos ya usados, ya conocidos, pero en una nueva expresión con calidad. Ciertamente, deja esos elementos en su elemento original (no usa, por ejemplo, castañuelas en el rock progresivo, lo que sería transformarlas; sino el melotrón como melotrón), pero no tengo claro que eso sea negativo, cuando está bien hecho.

Un detalle más. En muchos momentos del concierto me sorprendía elevado del suelo, fuera de mí. En una nube soñadora en medio de ese sonido. Algo extraordinario, algo meritorio, algo poco común... que no me acabó de agradar. Música que a uno lo saca de sí... invita a la reflexión.

En fin, no me ha quedado una entrada muy allá... pero sólo quería volver a escribir aquí.


martes, 4 de junio de 2013

Que nada me arrebate el mundo verdadero

Así, pues,
he decidido
no perder el tiempo
y pasar mi vida
en su aurora,
abrir el único
libro
verdadero:

mi oído para el canto
del pájaro o la lluvia,
mi piel para la brisa
viajera,
mis ojos para el color
que se desprende
del mundo.

Que yo no me distraiga,
que no cante
si no es con lo que canta,
que mi alma
no se desnude
si no hay silencio.

Que nada me arrebate
el mundo verdadero.

José Ramón Blanco.

viernes, 17 de mayo de 2013

Sueños sombríos. Pesadumbre que impregna los recovecos del alma, incluso los soleados. El ánimo umbrío, irritable, como si una amenaza, lejana pero inminente, cubriera la vida como un oscuro manto. Así días y días, así las dos últimas semanas en Madrid.

Sacude la cabeza, afina la percepción del sentir, se eleva sobre lo inmedito. Logra separar, por un lado, el estado anímico; por otro, las circunstancias personales de su vida y de su entorno, que rápidamente ha mezclado, fijado, pegado a su estado. Así, le queda el estado anímico en sí, se centra en él y lo ve con mayor claridad, sintiéndolo y pensándolo, sin asociaciones gratuitas preconcebidas. Se sorprende, ¿y sí...?

Mira alrededor, dedica casi toda su atención diaria a observar los ambientes, sobre todo los de convivencia de personas; descubre las mismas cualidades que le apesadumbraban, ahora fuera, presentes en el aire, en el ambiente. Puede ir mirando a las personas, una a una, y va descubriendo, matices personales aparte, estados y emociones comunes, idénticas entre sí e idénticas a las suyas. Empieza a percibir, despacio, sin proponérselo, una corriente subyacente e invisible, que ha ido impregnando una ciudad entera y quién sabe cuántos lugares más, en las últimas dos semanas. Es externa, en cierto sentido. Es interna, en otro sentido. Pero en ningún sentido es propia 'per se', sólo que quien no la percibe la ha hecho propia.

Mira el clima. La extraña primavera fría y desapacible tiene algo que ver, pero no es la causa. Recuerda algunas obras fantásticas, como El Señor de los Anillos. Las tropas de Mordor vienen con nubes y tormenta, pero las nubes y la tormenta no son lo dañino. Hay tormentas y días nublados maravillosos, pero sin tropas oscuras amenazantes. No es el caso.

No entiende nada, tiene la sensación de haber mirado un poco, tímidamente, a través de un velo. Tras la incertidumbre y la desorientación iniciales, decide actuar. Será un pequeño Sol en medio de la tormenta; en la medida que pueda, iluminará a su alrededor, más allá de esa corriente sombría. Ahora que la percibe (y la percibe cada vez que se concentra en ello, sintiéndolo), puede percibir la parte ajena que trae, separarse de ella y elevarse. Quizá así ayude a que esa extraña corriente no arrastre a la gente que el rodea, al menos un poco. No se cree mejor, ni superior al resto; quizá afortunado. Poner lo que ha percibido en su voluntad, al servicio del resto, en silencio, le otorga fuerzas nunca sospechadas. Mucho menos, sospechadas en aquellos días de pesadumbre individual.


sábado, 4 de mayo de 2013

Un fragmento de Un Fragmento de Vida

Estaban casi dormidos, cuando Mary dijo, de pronto:

- ¿No te parece raro, Edward? Anoche tú me dijiste unas cosas tan bonitas, y yo hoy en cambio te he contado las tristes aventuras de ese pobre viejo.

- No sé -contestó Edward como entre sueños-. En los muros de la iglesia grande del cerro vi toda clase de monstruos con extrañas muecas, tallados en la piedra.


Arthur Machen. 'Un fragmento de vida'.


martes, 23 de abril de 2013

La Imaginación de Patrick Harpur

Cuando era un niño me ponía muy contento cuando mis padres compraban un nuevo electrodoméstico (televisión, frigorífico, etc.): tenía a mi disposición (compartida con mi hermano) una enorme caja de cartón vacía, en la que cabía entero, o casi. Los días que duraba sin romperse (pocos, por desgracia) eran una epopeya gigantesca, donde la caja era mil cosas (cien tipos de barco, cien tipos de castillo, cien tipos de vehículo, cien naves espaciales...). Bendita imaginación. Cuando uno es niño, la imaginación y la fantasía parecen indivisibles, a mi parecer. Cuando uno crece, se van diferenciando.

Estos días estoy disfrutando de forma parecida a la descrita con el libro de Patrick Harpur 'El fuego secreto de los filósofos', editorial Atalanta (claro). Es una historia de la imaginación, y está diferenciada aquí de la mera fantasía. Para entender la diferencia, disfrutar como un enano en una caja grande, y para muchas cosas más, mejor leerlo. Como casi siempre, no es que suscriba todo lo que dice ahí, porque discrepancias hay, pero... en serio, qué más da.

Estaba yo pensando si comprarme su anterior obra 'Realiad daimónica', también en Atalanta; cuando veo que esta misma preciosista editorial ha publicado un nuevo libro suyo: 'La tradición oculta del alma'. Así que ya no sé si leer el anterior o el siguiente al que tengo, que ya estoy acabando. ¿Al pasado o al futuro? Qué curioso, como pensaría quien lo haya leído.

Me encanta su reivindicación de los Románticos, cómo sabe presentarlos con toda dignidad y sin distorsionar el trasfondo base que compartían.


jueves, 11 de abril de 2013

Ser libre

¿Y si ser libre significa, simple y llanamente, darse cuenta sin asomo de duda de lo que el instante presente reclama; descorrer el velo de lo que nos determina y condiciona y observar aquí y ahora, plenamente, qué es lo que se necesita que yo haga?

lunes, 8 de abril de 2013

Escuchar a las personas como a una obra de arte

Me gustaría dedicarle una entrada completa y algo más detallada a Bernard Lievegoed. Como los tiempos que corren (por mi vida, y creo que por la de mucha más gente) son bastante ajetreados, dudo poder sentarme un par de horas a recopilar información y redactar algo decente que pueda dar una imagen decente de tal personalidad. Así que me conformo por hoy con recomendar indagar en él, a través de sus libros. Por ejemplo, con las dos maravillas de la pequeña pero suculenta editorial IAO.

“Quizá podemos dejar a un lado los enfrentamientos egoístas, viviendo con nuestra alma como si fuese un oído orientado al mundo, escuchando a las personas como escuchamos una obra de arte, como escuchamos una sinfonía o una pieza de Bach, para que aquello que se esconde tras las personas sea revelado. Y podemos tratar de dar algunas respuestas desde nuestra compasión y nuestra simpatía para con la humanidad.” .- Bernard Lievegoed.


martes, 2 de abril de 2013

La profunda poesía naif de Penguin Cafe Orchestra

¿Qué es Penguin Cafe Orchestra? Me quedo un poco en blanco, no sé qué decir. Si uno nada un poquito por internet puede ir encontrando algunas respuestas. Como no sé demasiado de la banda (por así llamarla), ni siquiera he escuchado todos sus discos, recurriré a algunos enlaces a modo de documentación. Pero antes, para orientarnos en dos brochazos: Penguin Cafe Orchestra fue un proyecto musical fundado por el fascinante y algo misterioso Simon Jeffes. Él mismo dio la mejor definición que conozco de dicho proyecto:

"Un enorme SÍ a la supervivencia del corazón en momentos en los que éste se encuentra bajo el ataque de las fuerzas de la frialdad, la oscuridad y la represión." - Simon Jeffes.

Por documentar rápido, la cita está sacada de esta preciosa entrada sobre Penguin Cafe Orchestra. La Wikipedia española dice poquito, y la versión en inglés se extiende más. En los dos casos, creo que es un gran acierto relacionar su música con la de Philip Glass, como posible tercer brochazo de orientación. Buenas reseñas de sus discos se pueden encontrar por aquí.

Personalmente, me los descubrió Ramón Trecet en sus Diálogos 3 (Radio 3). Un programa que marcó mucho (ejemplo 1 y ejemplo 2), pero ese es otro tema.

Y me he quedado sin mucho que decir respecto a Penguin Cafe Orchestra. Es que son tal y como Simon Jeffes los definió, no hay mucho más que decir. Me conformaré con los tres brochazos que he dado (ya que ellos eran minimalistas en la música, lo soy yo en su explicación): un grupo de músicos, la definición de Jeffes de más arriba y la conexión con Philip Glass. Quizá ayude desarrolar un poco esto último de Glass: música minimalista. O sea, que los Penguin pueden parecer bonitos y con música naif, algo pegadiza; pero es porque lo más importante no se ve a la primera: sus canciones no son cuadros, son ventanas. Cuando una canción es un cuadro se ve lo que hay pintado-compuesto, cuando una canción es una ventana, lo que hay compuesto sólo sirve para llevarte a ver lo que hay detrás, más allá. Música minimalista.

Sorprende la belleza de las composiciones, su variedad (me he sorprendido descubriendo cuánto de variados son sus temas, tras muchas escuchas) y su calidad. Un buen ejemplo es su Broadcasting From Home. Por cierto, parece que de alguna forma han vuelto con el hijo de Simon.

Feliz escucha.


viernes, 22 de marzo de 2013

Viva la música. Motorpsycho

Otra temporada sin publicar. Otra vez compruebo cómo este ejercicio de escritura se complica un poco, cómo lo tengo presente (a diario, incluso), cómo mil ideas hierven en mi interior y se van hilando, pidiendo ser expresadas, escritas. Estrictamente hablando, no es cuestión de tener tiempo para escribir, sino de tener tiempo de escribir: tiempo suficiente en ese estado especial, fuera de lo común, en el que uno conecta con la parte de su alma en la que habitan las cualidades de expresar lo interior. Es un estado diferente al de leer, al de trabajar, al de conversar; es ese estado en el que me quiero ejercitar y por por cuyo ejercicio abrí este blog.

Hoy se me ocurre algo para sortear, al menos en parte, modestamente, esas temporadas en las que no alcanzo el estado de escribir el tiempo suficiente y el tiempo oportuno para poder publicar. Simple: compartir algo de música. Debería ser fácil para alguien a quién la música le da tanta vida.

Así que vamos a hacerlo. De forma sencilla, sin pretensiones, como salga. Pero, siempre, calidad. Dejemos que la música hable, que muchas veces dice uno más de sí mismo declarándose enamorado de cierto grupo que lo que podría decir en una autobiografía de dos mil páginas.

Qué buenos son Motorpsycho, y qué gran álbum nos regalaron en 2012. El rock progresivo no puede morir, su propia naturaleza lo impide.

Para catarlo, nada más y nada menos que las dos primeras canciones que abren el disco, y la absoluta maravilla que es la tercera.

Cuando uno se acostumbra al aire sesentero (por las voces y por las guitarras acústicas y ocasionales flautas, sobre todo) sin que le suene a "un poco rancio", entonces el disco se despliega en toda su maravilla.

Os dejo, voy a secarme la barbilla.


jueves, 21 de febrero de 2013

Cama, instrucciones de uso en invierno

1.- Ver llover en la calle, de noche, fuera. Ser consciente del frío que hace en el exterior.
2.- Ponerse el pijama y meterse en la cama. Arroparse bien. Apagar la luz. Cerrar los ojos.
3.- Con la llegada de la somnolencia, imaginar que la cama es una barca mecida en alta mar. Imaginar que las mantas te protegen de cualquier salpicadura de agua, de la lluvia, del viento, de cualquier posible tempestad.
4.- Saber que el mar en el que eres mecido es insondablemente profundo, oscuro y tranquilo.
5.- Saber que en ese mar no hay peligros, no hay amenazas. Además, una barca como esa no puede volcar, es imposible. Esto es así, ese mar y esa barca, porque son creaciones tuyas.
6.- Oir el sonido rítmico de las olas.
7.- Sonreir, dormir, soñar.


miércoles, 13 de febrero de 2013

Redes como mares

Algunas cosas no por repetidas son más visibles. Muchas veces leemos, oímos algo y la semilla del mensaje cae en tierra yerma. Nuestra alma no está receptiva a esa semilla y ésta no germina. Nuestro intelecto entiende el mensaje, pero apenas se da cuenta de que la semilla no ha agarrado, y el mensaje es hueco, vacío de espíritu y de vida.

Es obvio que una persona, en su vivir diario, afecta sobre todo lo que le rodea. De ese hecho obvio, la parte más obvia es que uno afecta a todas las personas con las que se encuentra en el día. No podemos medirlo con precisión, y en nuestra imagen del mundo eso es casi sinónimo de que no ocurre, o más precisamente, sinónimo de que puede que ocurra, pero no afecta. No interviene en la ecuación, luego es irrelevante: suma cero. El problema es que sí interviene en la ecuación, pero no hay forma de encuadrarlo en ella.

Afectamos a toda la gente con la que nos cruzamos todos los días de nuestra vida. Nos demos cuenta o no. Se den o no cuenta esas personas. Simplemente ocurre. Una muestra de que desechamos esto por no encajar en la ecuación, por no saber cómo exactamente afectamos, por ignorar qué hubiese ocurrido sin estar nosotros en ese instante; es lo solos e insignificantes que muchas veces nos sentimos.

Pero, mira por dónde, a veces la muerte viene a soplarnos lejanamente, como con una brisa suave, y nos trae el aroma que nos hace falta para darnos cuenta de esta realidad, tantas veces repetida, tantas semillas en tierra yerma.

Muere alguien cercano, quizá da lo mismo cuánto de cercano. Rememoramos a esa persona, evocando los momentos que hemos compartido con ella. Ahí se nos hacen ovbios instantes de influencia de esa persona sobre nosotros (y de nosotros hacia ella, aunque solemos ser conscientes más de lo otro, en esos momentos). Cada ser humano que conocía a quien se ha ido rememora momentos así. A veces parece que hay hilos invisibles que enlazan al ausente con los lugares y los objetos con los que convivía. ¿No es eso influencia?

Somos como inmensas redes, como mares, unos en otros. Todo el tiempo. Ninguna vida es en vano.

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(Para una Campesina y su abuela).


jueves, 31 de enero de 2013

Todo nace de nuevo

Todo nace de nuevo,
todo permanece.

Todo nace de nuevo,
todo cambia.

Todo nace de nuevo,
todo nace de nuevo.


martes, 22 de enero de 2013

El agua y la nieve

Esta mañana, viniendo a trabajar, me he dado el paseo diario desde el metro hasta el lugar de trabajo. Unos diez o quince minutos. Al salir del metro el aire era muy frío, y llovía y todo estaba teñido de gris. Me encantan los lentos paseos en esas condiciones, sabiendo que la caminata será corta y que llegaré en breve a un lugar cálido donde calentarme. Me encanta percibir la Naturaleza arrebujada, íntima, más hacia adentro que nunca.

Y en ese tiempo de paseo, mirando la lluvia y los árboles, poco a poco aquélla se ha ido transformando en nieve. Cualquier que paseando vea cómo la lluvia se convierte en nieve sonríe. Estoy seguro.

jueves, 17 de enero de 2013

Ni idea

Escribo poco últimamente. Muchos quehaceres, tengo excusa. Pero mi intención era ser constante, en un ejercicio de voluntad. Recupero la intención, y quiero que dure.

No tenemos ni idea del mundo en el que vivimos, y lo peor es que todos decimos que sí a esta afirmación, pero en el fondo creemos conocer el mundo. Algo así como que estamos seguros de conocer la realidad que subyace y sólo asumimos que nos faltan datos sobre hechos concretos. Pero eso no es así.

Ni idea, no tenemos ni idea.

Un ejemplo. Pretendemos saber cómo funcionan las cosas, en términos mecanicistas simples y relaciones de causa-efecto. Ahondamos en ello, damos con una realidad que necesita de la física cuántica para ser explicada, y que mediante eso demuestra ser incomprensible en términos lógicos, racionales, medibles, cuantificables, mecanicistas, etc. Pero eso no altera nuestra versión simple mecanicista y de causa y efecto, subyaciendo en nuestra consciencia como una creencia firme de base. Pero sus pies son de barro, y eso está más que demostrado.

Pero además de demostraciones profundas y quizá no muy accesibles para todos hay más indicios claros. Por ejemplo: todos los grandes hombres de la historia afirman "cosas extrañas". Pero no hacemos ni caso.

Hay tantos ejemplos que le llevan a uno a esta reflexión... Yo, estos días, me estoy leyendo uno.