Estaban casi dormidos, cuando Mary dijo, de pronto:
- ¿No te parece raro, Edward? Anoche tú me dijiste unas cosas tan bonitas, y yo hoy en cambio te he contado las tristes aventuras de ese pobre viejo.
- No sé -contestó Edward como entre sueños-. En los muros de la iglesia grande del cerro vi toda clase de monstruos con extrañas muecas, tallados en la piedra.
Arthur Machen. 'Un fragmento de vida'.
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