O sea, que no se ha vuelto a hacer música como aquélla, que ya los grupos sacan discos mediocres, descafeinados y faltos de originalidad y empuje.
Echemos un ojo, por ejemplo (y es sólo un ejemplo, en cualquier estilo encontramos casos similares) al panorama del rock progresivo, y es que si hay un género musical en el que la década de los años setenta del pasado siglo fue Gloria Bendita, ése es el género del rock progresivo. Y sí, no diré yo lo contrario; pero es que mira, mira; mira lo que ha estado saliendo estos meses:
Bigelf- Into the Maelstrom (2014).
Anathema- Distant Satellites (2014).
Opeth- Pale Communion (2014).
Motorpsycho- Behind the Sun (2014).
Leprous- Coal (2013).
Amplifier- Echo Street (2013).
Por supuesto, una lista a vuelapluma, sin indagar en muchos otros grupos interesantísimos, que los amantes del género dominan (en las páginas enlazadas puede echarse un ojo, o mil). Y sin hablar de las promesas de algo nuevo de clásicos (Pink Flyd, King Crimson...).
¡Esto está de vicio, no seamos cascarrabias!
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