Hoy, último viernes de junio, salgo del metro para ir a trabajar, a eso de las 8:30. En una carretera de dos carriles de sentido único, cruza una chica un paso de peatones con su semáforo en rojo. Venían, en paralelo, un autobús y un taxi. La chica iba despistada y la han tenido que pitar para que acelerara y no hacerles dar un frenazo brusco a ambos vehículos (o para evitar algo peor).
Sigo caminando por la acera (yo no iba a cruzar), y una pareja de chico y chica, de unos veinte años cada uno, a mi lado:
Ella: "Mira, se pitan un taxista y un autobusero, se han picado".
Él: "¿Y quién crees tú que es peor, el taxista o el autobusero?"
Ella, le mira: "Lo peor es que discutan".
Más simple, imposible. Y ni siquiera han visto lo que ha ocurrido, la chica cruzando como causa del ruido. Pero da igual, he ido todo el camino al trabajo sonriendo.
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