Suena el despertador. Abres un ojo, lleno de sueño, y lo apagas. Te reclinas de nuevo en la cama y cierras el ojo otra vez. Una parte de ti, digamos la parte más animal, quiere seguir durmiendo. La otra, la más humana, sabe que debes levantarte e ir a trabajar. Puede que te quedes cinco minutos dormitando, pero al final te levantas, bostezas y comienzas la jornada.
La humanidad ha evolucionado, y evoluciona. En un momento dado, en Europa, la mayoría era campesina, pobre e ignorante; la minoría, una clase noble rica y culta. Eso fue evolucionando, apareció la burguesía; revolución industrial, revolución francesa, democracias, repúblicas, etc. Como en todas las evoluciones de la Naturaleza, una tendencia general con puntuales involuciones, pero netamente se evoluciona hacia algo que podríamos aproximadamente definir como mayor consciencia global, mayor calidad de vida y posibilidad de libertad para la mayoría, al menos en estos países europeos y americanos. Insisto: el movimiento no es lineal, exacto ni limpio, pero existe netamente, de una forma clara.
Mayor nivel de consciencia: mayor "darse cuenta", mayor "ver". Globalización de por medio (económica, de transporte, de acceso a la información), significa que nos hemos ido dando cuenta del total, del mundo en que vivimos. De las diferentes sociedades, sus relaciones e interconexiones; y de las condiciones de vida de la gente en todo el mundo. Y de algo más: de nuestra implicación en el estado del mundo. Nos damos cuenta de cómo nuestro país influye en el total de la ecología, de la economía y de la calidad de vida de otros países; y nos damos cuenta también de cómo influimos nosotros mismos directamente en ello, especialmente al comprar tal o cual producto, procedente de aquí o de allá, fabricado según unas u otras leyes (respecto a la ecología, respecto a las condiciones de los trabajadores, etc).
Esto ha sido un proceso neto histórico, y reciente: hemos abierto un ojo lleno de sueño. ¿Y qué hemos hecho? Cerrarlo de nuevo. Intentar volver a dormir. Cientos de excusas, eternos círculos argumentales sin peso alguno para seguir como estamos. Responsabilidades a los gobernantes porque permiten que yo pueda comprar lo que compro (por ejemplo, calzado manufacturado por niños), que si ley de la oferta y la demanda, etc. Pero somos libres, o al menos podemos serlo.
Ahora ya sabemos que ha sonado el despertador. Sabemos lo que se hace en el mundo cuando se pone el beneficio económico como objetivo prioritario, sabemos lo que apoyamos comprando ciertos alimentos, ciertas marcas de ropa o de madera; y sabemos lo que podemos apoyar comprando otros alimentos, otras marcas de ropa o de madera. Nuestra parte más animal quiere seguir durmiendo, pero tenemos otra parte más humana que late y quiere despertar. O eso espero.
Para seguir como estamos, por ese miedo que subyace a nuestro modo de vida, y que se refleja en una tremenda resistencia al cambio, a coger la responsabilidad en nuestras manos; para seguir sin cambiar, digo, hemos dado un pequeño volantazo, y hemos instaurado en nuestra sociedad una forma de pensar tremendamente superficial, unas formas de pensar y de actuar tremendamente hipócritas, y hemos desarrollado a juego con todo esto unas tremendas herramientas de evasión diaria para las personas.
Esperemos que estén siendo los cinco minutos dormitando que necesitamos antes de despertar, desperezarnos y comenzar la jornada de una vez. O llegaremos tarde.
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