O sea, que no se ha vuelto a hacer música como aquélla, que ya los grupos sacan discos mediocres, descafeinados y faltos de originalidad y empuje.
Echemos un ojo, por ejemplo (y es sólo un ejemplo, en cualquier estilo encontramos casos similares) al panorama del rock progresivo, y es que si hay un género musical en el que la década de los años setenta del pasado siglo fue Gloria Bendita, ése es el género del rock progresivo. Y sí, no diré yo lo contrario; pero es que mira, mira; mira lo que ha estado saliendo estos meses:
Bigelf- Into the Maelstrom (2014).
Anathema- Distant Satellites (2014).
Opeth- Pale Communion (2014).
Motorpsycho- Behind the Sun (2014).
Leprous- Coal (2013).
Amplifier- Echo Street (2013).
Por supuesto, una lista a vuelapluma, sin indagar en muchos otros grupos interesantísimos, que los amantes del género dominan (en las páginas enlazadas puede echarse un ojo, o mil). Y sin hablar de las promesas de algo nuevo de clásicos (Pink Flyd, King Crimson...).
¡Esto está de vicio, no seamos cascarrabias!
viernes, 5 de septiembre de 2014
lunes, 11 de agosto de 2014
Sorpresa
"Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender. Es el deporte y el
lujo específico del intelectual. Por eso su gesto gremial consiste en
mirar al mundo con los ojos dilatados por la extrañeza. Todo en el mundo
es extraño y es maravilloso para unas pupilas bien abiertas. Esto,
maravillarse, es la delicia vedada al futbolista, y que, en cambio,
lleva al intelectual por el mundo en perpetua embriaguez de visionario.
Su atributo son los ojos en pasmo. Por eso los antiguos dieron a Minerva
la lechuza, el pájaro con los ojos siempre deslumbrados."
José Ortega y Gasset. "La Rebelión de las Masas" (1929- 1937)
José Ortega y Gasset. "La Rebelión de las Masas" (1929- 1937)
jueves, 12 de junio de 2014
Hoy sonreímos (3)
Una razón para afirmar rotundamente que ha merecido pisar la Tierra estos años, queden los que queden: descubrir y escuchar y escuchar y escuchar, una y otra vez, Blackwater Park, de Opeth. Indescriptible, y con ese pedazo de monolito que cierra el disco, canción con el mismo nombre que el disco.
Se me disculpe, pero tenía que elegir un disco; conste que esto no resta ni un ápice al resto de sus sublumes obras maestras.
Se me disculpe, pero tenía que elegir un disco; conste que esto no resta ni un ápice al resto de sus sublumes obras maestras.
jueves, 5 de junio de 2014
Hoy sonreímos (2)
Entre ayer y anteayer degusté "La transmigración de los cuerpos", de Yuri Herrera. Y esa fue la forma de descubrir a un gran escritor, actualísimo y que me ha despertado hambre de sus otros libros (aún pocos, démosle tiempo). Muy bueno, sencillo, original, sin pretensiones estratosféricas, pero es así muy grande lo que consigue. ¡No pude acostarme ayer hasta terminarlo!
martes, 3 de junio de 2014
Hoy sonreímos (1)
Hoy toca sonreír, porque hemos descubierto (tarde, lo sé) a Tangerine Dream. Su sonido, sus texturas, su profundidad, a veces disfrazada de superficialidad. Qué de discos, y qué buenos, y cuán diferentes. ¡Qué bien!
Esta es la primera entrada de una serie de miniaturas que pretenden ir desgranando algunas de las innumerables razones para sonreir que existen, ahí, al alcance de cualquiera. Desde mi perspectiva, sí, ¡faltaría más!
Esta es la primera entrada de una serie de miniaturas que pretenden ir desgranando algunas de las innumerables razones para sonreir que existen, ahí, al alcance de cualquiera. Desde mi perspectiva, sí, ¡faltaría más!
miércoles, 15 de enero de 2014
Lievegoed, el siglo XXI y la libertad
El otro día me topé con un interesante atrículo que está extendiéndose mucho por las redes sociales. Merece la pena leerlo.
Opino que es un acertado diagnóstico de una de las caras del problema al que hoy nos enfrentamos. Pero el problema en sí se centra en el dilema entre vivir desde lo reactivo, subconsciente y menos humano o fortelecer y desarrollar la parte más elevada del ser humano, la supraconsciente, su núcleo espiritual. Quizá al autor del artículo, como a otros que lo suscriben, le disgustaría leer términos del tipo "núcleo espiritual", o Yo Superior. Pero leamos dos parrafitos de las conclusiones del propio artículo:
"Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde estan en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos."
"Porque nuestra mente está programada por el Sistema. Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente."
¿A quién se refiere, con quién habla? No se dirije a nuestra mente, eso es seguro: ella, nuestra "sala de máquinas", está programada por el sistema y no lo entendería. No podría reaccionar. Un muy buen análisis de esta cuestión está desarrollado en esa joya que es "De la normalidad a la salud" de Georg Kühlewind. Está claro: la clave está en vivir como los capitanes del barco, y eso es incompatible con repetir lo conocido, con la pasividad, con ser llevados por las reacciones y los instintos.
Un día después de leer el artículo, leyendo unas conferencias pronunciadas por Bernard Lievegoed en 1967, recogidas en "Hacia el siglo XXI" (de IAO Arte Editorial), me topé con una previsión muy esclarecedora. Antes de copiarla, conviene aclarar que Lievegoed fue antropósofo, y desde la antroposofía se entienden "los vaivenes de la vida" como impulsados por una corriente que tiende a inflamar, a la grandilocuencia y la megalomanía, a vernos como Dioses; y otra contraria que tiende a la cristalización, a la materia fría y vacía, a sustituir los eventos y los seres individuales y verdaderos por moldes (personas como copias en cadena en vez de individuos únicos). En medio está el Ser Humano, que participa de esos dos mundos pero ha de equilibrarlos con su esfuerzo y con la ayuda de las fuerzas benévolas (con Cristo a la cabeza). Esas fuerzas extremas se ven en antroposofía como seres espirituales que actúan e influyen en el alma de los seres humanos para su perdición. El correspondiente a la inflamación es llamado Lucifer, el capitán de las fuerzas de cristalización, Ahriman. Espero que esta terminología no embarulle el mensaje que copio debajo, ni impida ver su relación con el artículo de arriba.
"Ahriman tratará de eliminar la libertad de la voluntad concedida por los dioses después del año 1500. Ahriman se está preparando. Trata de eliminar la libre voluntad y lo hace por diferentes vías muy inteligentes. Lo hace a través del procesamiento de datos, como ahora decimos, trabajando con la mecanización de la información, mediante operaciones de cálculo y cosas por el estilo.
Lo que está haciendo es tratar de recolectar información para después establecer un atajo desde la información a la decisión. Quiere decirnos que, cuando ésta y ésta es la información, sólo se puede hacer esto y esto; todas las demás opciones son erróneas.
Pero llegar a una decisión verdadera significa que debemos tener la capacidad de la Imaginación también para nosotros mismos. Nosotros tenemos que tener la información, lo que significa que somos nosotros los que creamos la imagen acerca de la cuestión tratada. Entonces tenemos que desarrollar la consideración o el buen juicio, que es la fuerza de la Inspiración. Sólo entonces debemos llegar a la decisión, ya en parte Intuición. Es en el paso intermedio del buen juicio, de la ponderación, en el que el ser humano puede ser creativo.
Creatividad significa que todo lo que nos ha llegado como información, como datos, como hechos, debe ser interpretado y considerado de nuevo por nuestras fuerzas más profundas. Tenemos que tomar las decisiones desde la condiciones dadas en ese momento. Será sólo entonces cuando nuestro juicio tendrá la fuerza suficiente para resistir a Ahriman: cuando venga de la Inspiración, del espíritu. Desde el espíritu significa para nosotros desde las fuerzas del Cristo etérico, quien nos dirige palabras de consuelo en las profundidades de nuestras almas. Sólo ahora puede esa Intuición alcanzar la voluntad para el actuar. Cuando ocurra, sabremos qué hacer en el campo de lo social en el cual trabajamos y vivimos."
Esto fue pronunciado en 1967. Hoy, me encuentro con esta noticia y ya no me extraña.
Opino que es un acertado diagnóstico de una de las caras del problema al que hoy nos enfrentamos. Pero el problema en sí se centra en el dilema entre vivir desde lo reactivo, subconsciente y menos humano o fortelecer y desarrollar la parte más elevada del ser humano, la supraconsciente, su núcleo espiritual. Quizá al autor del artículo, como a otros que lo suscriben, le disgustaría leer términos del tipo "núcleo espiritual", o Yo Superior. Pero leamos dos parrafitos de las conclusiones del propio artículo:
"Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde estan en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos."
"Porque nuestra mente está programada por el Sistema. Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente."
¿A quién se refiere, con quién habla? No se dirije a nuestra mente, eso es seguro: ella, nuestra "sala de máquinas", está programada por el sistema y no lo entendería. No podría reaccionar. Un muy buen análisis de esta cuestión está desarrollado en esa joya que es "De la normalidad a la salud" de Georg Kühlewind. Está claro: la clave está en vivir como los capitanes del barco, y eso es incompatible con repetir lo conocido, con la pasividad, con ser llevados por las reacciones y los instintos.
Un día después de leer el artículo, leyendo unas conferencias pronunciadas por Bernard Lievegoed en 1967, recogidas en "Hacia el siglo XXI" (de IAO Arte Editorial), me topé con una previsión muy esclarecedora. Antes de copiarla, conviene aclarar que Lievegoed fue antropósofo, y desde la antroposofía se entienden "los vaivenes de la vida" como impulsados por una corriente que tiende a inflamar, a la grandilocuencia y la megalomanía, a vernos como Dioses; y otra contraria que tiende a la cristalización, a la materia fría y vacía, a sustituir los eventos y los seres individuales y verdaderos por moldes (personas como copias en cadena en vez de individuos únicos). En medio está el Ser Humano, que participa de esos dos mundos pero ha de equilibrarlos con su esfuerzo y con la ayuda de las fuerzas benévolas (con Cristo a la cabeza). Esas fuerzas extremas se ven en antroposofía como seres espirituales que actúan e influyen en el alma de los seres humanos para su perdición. El correspondiente a la inflamación es llamado Lucifer, el capitán de las fuerzas de cristalización, Ahriman. Espero que esta terminología no embarulle el mensaje que copio debajo, ni impida ver su relación con el artículo de arriba.
"Ahriman tratará de eliminar la libertad de la voluntad concedida por los dioses después del año 1500. Ahriman se está preparando. Trata de eliminar la libre voluntad y lo hace por diferentes vías muy inteligentes. Lo hace a través del procesamiento de datos, como ahora decimos, trabajando con la mecanización de la información, mediante operaciones de cálculo y cosas por el estilo.
Lo que está haciendo es tratar de recolectar información para después establecer un atajo desde la información a la decisión. Quiere decirnos que, cuando ésta y ésta es la información, sólo se puede hacer esto y esto; todas las demás opciones son erróneas.
Pero llegar a una decisión verdadera significa que debemos tener la capacidad de la Imaginación también para nosotros mismos. Nosotros tenemos que tener la información, lo que significa que somos nosotros los que creamos la imagen acerca de la cuestión tratada. Entonces tenemos que desarrollar la consideración o el buen juicio, que es la fuerza de la Inspiración. Sólo entonces debemos llegar a la decisión, ya en parte Intuición. Es en el paso intermedio del buen juicio, de la ponderación, en el que el ser humano puede ser creativo.
Creatividad significa que todo lo que nos ha llegado como información, como datos, como hechos, debe ser interpretado y considerado de nuevo por nuestras fuerzas más profundas. Tenemos que tomar las decisiones desde la condiciones dadas en ese momento. Será sólo entonces cuando nuestro juicio tendrá la fuerza suficiente para resistir a Ahriman: cuando venga de la Inspiración, del espíritu. Desde el espíritu significa para nosotros desde las fuerzas del Cristo etérico, quien nos dirige palabras de consuelo en las profundidades de nuestras almas. Sólo ahora puede esa Intuición alcanzar la voluntad para el actuar. Cuando ocurra, sabremos qué hacer en el campo de lo social en el cual trabajamos y vivimos."
Esto fue pronunciado en 1967. Hoy, me encuentro con esta noticia y ya no me extraña.
miércoles, 8 de enero de 2014
Una pincelada carmesí
Por mucho que a uno le entusiasme un grupo de música como King Crimson, por mucho que uno pueda saber o de su proceloso universo, ¿cómo escribir acerca de un grupo así? Es algo que ocurre con muchos otros artistas, ¿cómo contar lo que son para mí, lo que me transmiten, la importancia que han podido tener en la historia (del rock, en este caso); cómo dirigirse a quien no sabe nada del grupo e intentar explicar... el qué, exactamente? La opción enciclopédica de su trayectoria y obras se muestra indigesta, aparte de que ya abunda en muchas webs y libros; la opción de intentar sintetizar su música empleando imágenes y expresiones de carácter poético suele acabar en insatisfacción, sobre todo ante un grupo tan grande y variado. Así que vamos a intentar otra opción, la de narrar entre líneas, con un par de pinceladas sobre alguna canción concreta, a modo de ejemplo. Estos ejemplos además serán periféricos en su música: ni los mejores temas, ni análisis a fondo de ellos, pero así precisamente emergerá la magia de este grupo, y sus posibilidades. Y con eso en la cabeza, podremos escuchar más canciones y discos suyos, y no nos perderemos. Además, esto viene a ser como cuando quieres recomendar un poeta a alguien y le pones un poema como ejemplo: hay cien más, y seguramente de todos los pelajes y colores posibles. Así es en el caso del Rey Carmesí. King Crimson, que como el Guadiana, vuelve a la actualidad sin realmente haberse extinguido nunca su llama desde su primer disco de 1969.
Podemos empezar con un tema ajeno, Héroes, del gran David Bowie (que conoció a la que fue su mujer en un concierto de King Crimson). Este tema, como todo el disco en el que se insertó, está compuesto al alimón entre Bowie y Brian Eno (el compositor del sonido que más ha acompañado a la humanidad occidental cada día en su trabajo: el sonido de inicio de Windows 95). Pero esa guitarra que persiste en toda la canción, esa maravilla de guitarra que lleva en volandas, suavemente desde atrás, a todo lo demás en este tema, se la sacó de la manga Robert Fripp (líder absoluto de King Crimson) a petición de Eno. Si afinamos el oído respecto a ese sonido de guitarra de Fripp en "Héroes" ya sabremos lo mágico y fino que puede este hombre llegar a ser con el instrumento. Considero que para atisbar cómo es el mundo de Robert Fripp a la guitarra podría bastarnos con un par de cosas: una, oír Héroes (quizá mejor, con verlo en directo, que es donde deslumbró a Jimmy Hendrix en su día) y observar esa suave y mágica ejecución. Y dos, ver a Fripp, también en directo, desplegar su otro lado: el de los sonidos más extraños y relampagueantes. Por ejemplo, entre los minutos 8 y 19 de este directo, en especial a partir del 11:40. Todo lo que se quiera saber sobre Robert Fripp a la guitarra ya se ha escrito, en la forma habitual y académica, y puede consultarse en la red o en libros. Por mi parte, lo más importante y su esencia reside en la sensación que a uno le queda al oirlo y verlo en estos dos ejemplos en directo. Eso, eso que se nota, es lo que él tiene de especial. Escúchese King Crimson con esa sensación, que es extraña e indescriptible, pero sin la cual uno se puede perder en el complejo sonido de la banda.
Otro ejemplo va a ser la batería de Bill Bruford. No ha estado en todos (ni mucho menos) los discos de King Crimson, pero eso da igual. De lo que aquí se trata es de observar lo finos que son, la calidad musical, aparte de la indiscutible calidad instrumental, que atesoran los músicos de King Crimson; no se trata de considerarlos por separado, aunque aquí lo parezca, pero después explicaré esto. Cuando Bruford estaba allí era una pieza clave, por eso me sirve de ejemplo. Ejercicio: escuchemos la maravilla de tema Indiscipline. Por supuesto, es un tema que puede oirse cien veces y seguir enamorando como la primera, encontrando nuevos matices en su ejecución, etc., pero eso pasa en casi todos los temas de King Crimson, no vamos a hacer aquí incapié ahí. Como segunda parte del ejercicio, veamos al enorme baterista Mike Portnoy, ex líder de Dream Theater, ejecutando una versión del tema, treinta y dos años después: muy bueno, cierto es. La cuestión es que, siendo la ejecución de Portnoy intachable, Bruford sigue teniendo mucha más clase con las baquetas, y aportando una esencia única. Y si no se me cree, sólo hay que mirar esta actuación. Ese "algo" que él tiene tocando y Portnoy no (y Portnoy es buenísimo, nadie lo niega) es el aroma de King Crimson.
Por cierto, como último apunte. Este tema del último disco de Steven Wilson, que es una maravilla... ¿no tiene quizá algo que ver con el ya antes enlazado tema de King Crimson (minuto 8)? Sólo hablar de las influencias de King Crimson en el rock nos llevaría demasiado, pero un ejemplito había que poner.
Los ejemplos anteriores tratan de dos músicos de King Crimson. Pero imaginemos ese trasfondo que se adivina en ambos, extendido al resto de músicos del grupo. Imaginemos que todos esos trasfondos se funden de una manera mágica, única y totalmente integrada. Así obtendríamos lo que se dice una gran banda, pero en el caso de King Crimson todo eso está puesto al servicio de una forma de entender la música absolutamente única, extraña, melódica y dura y suave; y todo eso y más a la vez. Músicos que sin perder su identidad y virtuosismo en cada canción logran a la vez construir... ni siquiera sé muy bien el qué.
Podemos empezar con un tema ajeno, Héroes, del gran David Bowie (que conoció a la que fue su mujer en un concierto de King Crimson). Este tema, como todo el disco en el que se insertó, está compuesto al alimón entre Bowie y Brian Eno (el compositor del sonido que más ha acompañado a la humanidad occidental cada día en su trabajo: el sonido de inicio de Windows 95). Pero esa guitarra que persiste en toda la canción, esa maravilla de guitarra que lleva en volandas, suavemente desde atrás, a todo lo demás en este tema, se la sacó de la manga Robert Fripp (líder absoluto de King Crimson) a petición de Eno. Si afinamos el oído respecto a ese sonido de guitarra de Fripp en "Héroes" ya sabremos lo mágico y fino que puede este hombre llegar a ser con el instrumento. Considero que para atisbar cómo es el mundo de Robert Fripp a la guitarra podría bastarnos con un par de cosas: una, oír Héroes (quizá mejor, con verlo en directo, que es donde deslumbró a Jimmy Hendrix en su día) y observar esa suave y mágica ejecución. Y dos, ver a Fripp, también en directo, desplegar su otro lado: el de los sonidos más extraños y relampagueantes. Por ejemplo, entre los minutos 8 y 19 de este directo, en especial a partir del 11:40. Todo lo que se quiera saber sobre Robert Fripp a la guitarra ya se ha escrito, en la forma habitual y académica, y puede consultarse en la red o en libros. Por mi parte, lo más importante y su esencia reside en la sensación que a uno le queda al oirlo y verlo en estos dos ejemplos en directo. Eso, eso que se nota, es lo que él tiene de especial. Escúchese King Crimson con esa sensación, que es extraña e indescriptible, pero sin la cual uno se puede perder en el complejo sonido de la banda.
Otro ejemplo va a ser la batería de Bill Bruford. No ha estado en todos (ni mucho menos) los discos de King Crimson, pero eso da igual. De lo que aquí se trata es de observar lo finos que son, la calidad musical, aparte de la indiscutible calidad instrumental, que atesoran los músicos de King Crimson; no se trata de considerarlos por separado, aunque aquí lo parezca, pero después explicaré esto. Cuando Bruford estaba allí era una pieza clave, por eso me sirve de ejemplo. Ejercicio: escuchemos la maravilla de tema Indiscipline. Por supuesto, es un tema que puede oirse cien veces y seguir enamorando como la primera, encontrando nuevos matices en su ejecución, etc., pero eso pasa en casi todos los temas de King Crimson, no vamos a hacer aquí incapié ahí. Como segunda parte del ejercicio, veamos al enorme baterista Mike Portnoy, ex líder de Dream Theater, ejecutando una versión del tema, treinta y dos años después: muy bueno, cierto es. La cuestión es que, siendo la ejecución de Portnoy intachable, Bruford sigue teniendo mucha más clase con las baquetas, y aportando una esencia única. Y si no se me cree, sólo hay que mirar esta actuación. Ese "algo" que él tiene tocando y Portnoy no (y Portnoy es buenísimo, nadie lo niega) es el aroma de King Crimson.
Por cierto, como último apunte. Este tema del último disco de Steven Wilson, que es una maravilla... ¿no tiene quizá algo que ver con el ya antes enlazado tema de King Crimson (minuto 8)? Sólo hablar de las influencias de King Crimson en el rock nos llevaría demasiado, pero un ejemplito había que poner.
Los ejemplos anteriores tratan de dos músicos de King Crimson. Pero imaginemos ese trasfondo que se adivina en ambos, extendido al resto de músicos del grupo. Imaginemos que todos esos trasfondos se funden de una manera mágica, única y totalmente integrada. Así obtendríamos lo que se dice una gran banda, pero en el caso de King Crimson todo eso está puesto al servicio de una forma de entender la música absolutamente única, extraña, melódica y dura y suave; y todo eso y más a la vez. Músicos que sin perder su identidad y virtuosismo en cada canción logran a la vez construir... ni siquiera sé muy bien el qué.
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