Escribo poco últimamente. Muchos quehaceres, tengo excusa. Pero mi intención era ser constante, en un ejercicio de voluntad. Recupero la intención, y quiero que dure.
No tenemos ni idea del mundo en el que vivimos, y lo peor es que todos decimos que sí a esta afirmación, pero en el fondo creemos conocer el mundo. Algo así como que estamos seguros de conocer la realidad que subyace y sólo asumimos que nos faltan datos sobre hechos concretos. Pero eso no es así.
Ni idea, no tenemos ni idea.
Un ejemplo. Pretendemos saber cómo funcionan las cosas, en términos mecanicistas simples y relaciones de causa-efecto. Ahondamos en ello, damos con una realidad que necesita de la física cuántica para ser explicada, y que mediante eso demuestra ser incomprensible en términos lógicos, racionales, medibles, cuantificables, mecanicistas, etc. Pero eso no altera nuestra versión simple mecanicista y de causa y efecto, subyaciendo en nuestra consciencia como una creencia firme de base. Pero sus pies son de barro, y eso está más que demostrado.
Pero además de demostraciones profundas y quizá no muy accesibles para todos hay más indicios claros. Por ejemplo: todos los grandes hombres de la historia afirman "cosas extrañas". Pero no hacemos ni caso.
Hay tantos ejemplos que le llevan a uno a esta reflexión... Yo, estos días, me estoy leyendo uno.